Monday, October 09, 2006

Milagro
Después del tijeretazo lo metió en un bols y tuvo la certeza que lo suyo era un trabajo indecente. Durante todo el drama fue conciente que era la primera vez que pensaba en el asunto pero en ese instante imaginar otra vida era un lujo que nadie fiaba. Ella le gritó que lo tuvo colgando entre sus piernas como veinte minutos. Él le lloró que solo pudo sostener la mano de ella y descreer de lo que veía.
En la ambulancia nadie hablo. Con un saludo mecánico despidió la camilla. Se preocupo de que sus ojos no hagan blanco en los de él. Se sentó en un banco del estacionamiento sabiendo que no haría el próximo viaje. Prendió un cigarrillo y odió al mundo por tercera vez en la tarde. Hizo un repaso por su memoria para acordarse de la última pitada tan amarga como ésta pero el esfuerzo fue en vano. No pudo seguir fumando.
De repente le dieron ganas de ir hasta Maternidad y preguntar como iban las cosas pero un reflejo inexplicable, y quizás conveniente, hizo que se insulte por la idea. Se distrajo mirando un perro rengo. Enseguida le cruzo por la cabeza la idea de proponer un proyecto al municipio que obligue a la matanza indiscriminada de los perros rengos de la calle. Todo vecino que se precie de querer a su comunidad tenía el deber y la obligación moral de aniquilar a todo perro fallado. Acaso hay otro espectáculo más desagradable que ver el andar cojeante de un can mugriento se pregunto, y se dibujo en su cara la primer mueca del día. Se puteo de nuevo porque la idea no iba a aflojar y se dejo ganar.
Miró las paredes y empezó a leer. “aca nasio agustina a las 12:45 y peso 2,850”. “nacio martin el incha numero 1 de racing”. “gracias colo por hacerme el papa mas felis del mundo”. Se sintió peor y entendió que la ortografía no servía para nada, que era una jactancia de los cobardes que no saben escribir con el corazón y entonces buscan perfección pasteurizada en refugios gramaticales. No pudo contener las ganas de salir corriendo de ese lugar y al darse la vuelta golpeo con su hombro a un noviecito de algún familiar cercano. Ni se dio cuenta del bruto contacto y siguió la marcha de su escapatoria. En los ojos del muchacho se intuía que no quería estar ahí pero su novia quería quedarse con su hermano, él quería quedarse con su mujer y algo maldito se quedo con el milagro.

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